Ordeno y desordeno a mi antojo

las impredecibles líneas

de la vida y de la muerte.

Según el peso de la moneda

que recibo en la mano extendida

aparecen escorpiones

o angeles celestes y amarillos.

Que nadie se destruya

con mi voz  disimulando la verdad.

Todo debe brillar en mis designios.

Alejandrina Devescovi (Argentina)